martes, 8 de febrero de 2011

CAPACIDAD

Muchos deportistas decimos como si de una parábola se tratara, que cuando llegas al límite, cuando alcanzas lo que parece el final de tu capacidad física, recurres a algo más elevado, algo más profundo dentro de nosotros mismos a fin de poder alcanzar ese objetivo y si es verdad que lo deseas tanto, se produce el milagro de la motivación y de esas fuerzas suplementarias que no sabes de donde salen.
O si llegas verdaderamente al limite de tus capacidades, (en el deporte o en la vida) este hecho, para bien o para mal, puede producir cambios en ti: Un chico se quejaba siempre acerca de su vida y lo difíciles que le resultaban las cosas. No sabía que hacer para seguir adelante, y creía que se daría por vencido. Un día su abuelo, cansado de oír sus lamentos día tras día, lo llamó y lo llevó a la cocina. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre el fuego del hogar.
Pronto el agua de las tres ollas comenzó a hervir. En una colocó una patata, en otra un huevo y en la última unos granos de café, y los dejo hervir sin soltar palabra.
El chico aguardó ansiosamente, preguntándose qué estaría haciendo su abuelo. Veinte minutos mas tarde, el anciano sacó las hoyas del fuego. Cogió la patata y las colocó en un plato. el huevo en otro . y posteriormente, coló el café y puso el líquido en un tazón. Entonces. observando a su nieto le dijo:- "¿qué ves?" -"una patata cocida, un huevo y café" respondió.
Le hizo acercar y le pidió que palpara las patatas. Lo hizo y notó que estaba blanda y se rompía. Luego le pidió que cogiera el huevo y lo rompiera. Al sacarle la cáscara, observó estaba duro, claro.
Posteriormente le invitó a que probara el café, y gozó de su gustoso aroma. Tras ello le preguntó:-"¿Qué significa todo esto, abuelo?"
Él con la serenidad que te dan la experiencia bien aplicada y los años bien dirigidos, le explicó, que los tres ingredientes se habían enfrentado a la misma adversidad: “agua hirviendo”, pero, cada uno de ellos habían reaccionado de diferente forma. La patata se presentó ante el agua fuerte y dura, arrogante; pero después se ha vuelto débil, y fácil de desmigar. El huevo ha llegado al agua frágil, débil y quebradizo; su fino cascarón resguardaba su líquido interior; pero después de enfrentarse al agua hirviendo, su interior se había enquistado y endurecido. Los granos de café sin embargo eran insólitos; después de estar en agua hirviendo, la que había cambiado era el agua a su alrededor. "- ¿Cuál eres tú?", le preguntó a su nieto.
¿Eres una patata que parece muy fuerte pero tras enfrentarse a la adversidad, te vuelves débil y pierdes esa fortaleza? ¿Eres el huevo, que comienza con un corazón dúctil, y un espíritu fluido, pero después de un revés te has vuelves duro y rígido, que por fuera parece igual, pero por dentro se ha endurecido?.¿O eres como el grano de café? Que cambia al agua hirviendo, que altera ese elemento que le causa dolor o sufrimiento haciéndolo parte de el. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor, tú reaccionas aún mejor y haces que los elementos a tu alrededor mejoren.
Y tú..., ¿cual de los tres eres?

5 comentarios:

  1. Si no he entendido mal, ante las dificultades, mejor que echarle huevos, darle un punto de torrefacto y un punto de colombia (assssucar), no vaya a ser que acabes hecho puré... ¿me he liao, papi Javi????

    (me encanta tu cuento ;-p)

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  2. La conducta del sabio es como el agua: carece de sabor, pero a todos complace; carece de color, pero es bella y cautivadora; carece de forma, pero se adapta con sencillez y orden a las más variadas figuras.
    (Confucio)
    Buen post

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  3. Es dificil encontrar personas que actuen como los granos de café; dar toda su esencia interior para que los seres que estan junto a ellos disfruten de su aroma, de su sabor y de sus sentidos.
    Sólo unos pocos privilegiados hemos conocido a alguna de estas personas.

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  4. Muchos buscan la felicidad como cuando buscan el movil: lo llevan encima y no se dan cuenta.
    Muy chulo tu escrito. Yo creo que soy el huevo duro.

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