Cuando en un “para ti”, espléndido paisaje; de esos íntimos que por más que los veas nunca caducan; de esos que te inspiran incluso para vivir día tras día, se le une algo extraordinario e inesperado, se convierte en algo casi increíble. Una especie de fantasía. Al alba, cuando el sol empieza a salir acariciando y dejando un mortecino añil ataviado de blancas nubes, es el momento que mas me gusta correr por el monte. Casi siempre coincide en un mismo lugar cerca de casa que he descrito ya muchas veces en este blog, a caballo entre la hoya de Barbastro y el barranco de Ariño por el camino viejo de Cregenzán. Un paisaje de colores mutantes; algunos períodos verde y polvoriento, otros bermellón y arcilloso; crudo azucarado de escarcha, e incluso otras, cuando fluyen las gotas de agua que caen de las nubes, de un gris herido. Pero siempre hermoso a la vista …
En tus paisajes especiales, siempre hay mucho más de lo que ves. Es lo que sientes. Se habla del cielo como un paraíso donde reina el sosiego; bello y agradable. Algo que se afirma que conoceremos si en esta vida obramos bien. No se si esto será cierto, cada cual es libre de profesar esto o no; pero si es cierto, que si completas un paisaje querido, con un instante determinado o mas bien señalado, se puede acariciar ese cielo por un instante.
Casi un año después, en el mismo mes, casi la misma semana, he vuelto a soñar despierto de buena mañana mientras corría. Corriendo por ese distinguido horizonte, han vuelto a aparecerse dos corzos trotando ante mis ojos (en aquella ocasión pensé que eran ciervos, pero Javi Sam, me sacó del error).
De nuevo fascinado, al llegar a casa, he buscado enseguida el post que escribí la primera vez, y justo hace un año... Las sensaciones iguales. Pasé meses tras ese primer encuentro anhelando verlos de nuevo al pasar por ese lugar cada mañana sin éxito. Y ahora, cuando ya lo había desmemoriado...
El paisaje cautiva, pero con un corzo embelleciéndolo fascina, es indudable. ¿Que halo de misterio envuelve a este pequeño cérvido.? Cuando un extraordinario paisaje se adorna con algo así, pasa a ser una fantasía; figura un sueño con los ojos abiertos.
El otro día leí, que unos científicos italianos habían localizado en un parque de la Toscana un corzo con un solo cuerno en medio de la cabeza. Tozzi, director del Centro de Ciencias Naturales de Prati (CSN), señaló que “el animal es consciente de su forma extraordinaria y se deja ver muy pocas veces”. Consideran que es “ La prueba de que el mítico unicornio pudo haber existido”, debido a que es probable que en el pasado hayan aparecido corzos, ciervos, renos u otros animales con una anomalía similar. Un Unicornio: Criatura semejante a un caballo, dotada de “poderes mágicos”. Mis unicornios.
La presencia de un corzo en un sueño, dicen que suele indicar que tendrás grandes ganancias y éxitos en tu vida. Cuanto mayor sea la cantidad de corzos que veas, mayor será el éxito o el triunfo.
El pasado año avisté dos (al lado de casa), y este año se repitieron. Van cuatro...
Soñar es gratuito, y, en una vida plagada de cosas no deseadas, entusiasmarse con cosas cotidianas y fantasear igualmente, ; el acariciar unos segundos de cielo, no tiene precio...
Estamos hechos del mismo material del que se fabrican nuestros propios sueños. Mejor soñar despiertos que no soñar.¿no?
Ya veo por que te gusta tanto correr al amanecer, para ver los unicornios de la suerte...
ResponderEliminarYo solo he visto uno, pasado el Pueyo, rumbo a la Ciudad Muerta, pero los seguire buscando.
Por como lo describes todo, dan ganas de madrugar aunque sea andando para dar un rulo por allí. Muy guapo
ResponderEliminarSoñar es una de las cosas que nos hace mas humanos.
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