TRESCIENTOS “QUE SE JODAN” AL UNÍSONO

Emoción, entusiasmo, encuentros, lagrimas, risas, amistad y armonía, cariño, camaradería, afición, deporte, y sobre todo agradecimiento... todo esto y mucho mas es lo que sentimos, lo que vivimos este pasado domingo en Banyoles las aproximadamente 300 personas que nos reunimos para brindárselo a Fidel Marti. Para hacerle un merecido homenaje.

Dar las gracias es una demostración espontánea que por educación nos han enseñado desde niños: - ¿Que se dice... ?, Nos preguntaban con semblante autoritario nuestros padres tras alguna gentileza de alguien: - ¡Gasiasss!... Respondíamos instintivamente como buenos y domesticados niños.

El hecho del formulismo y la educación, nos puede hacer pensar que con este simple “gracias” ya hemos correspondido lo que hayan hecho por nosotros, y no en todas las ocasiones es así. En ocasiones, ese “gracias” debe de ser exclusivo, especial, y señalado, y por eso este día era un excepcional “gracias” para Fidel por parte de amigos vecinos y familia.

Viaje el sábado desde Barbastro con mi familia: Rosana y Nayra, y mi buen amigo Paco, y nos reunimos al fin “físicamente” dos años después con Jaume Tolosa en Roda de Ter de camino a Banyoles. Con Jaume nos conocimos en Sables al igual que con Fidel. Por azar, coincidimos la primera noche en la habitación de hotel en Marruecos donde compartimos unas longanizas para cenar. Igualmente fue el azar (y las piernas), las que hicieron que quedáramos sucesivos en la clasificación final, y más tarde nos enteramos que nos llevamos quince días de vida (él mas viejo...). Hubo instintiva afinidad entre nosotros. Esa que te perpetúa con determinadas personas, y que hace que aunque no te veas en años, un encuentro suceda con tanta confianza y correspondencia como si te hubieras visto ayer. Como hermanados. Desde entonces, cuantas veces hemos hablado con enormes ganas de vernos, pero por unas u otras circunstancias no habíamos podido hacerlo.. Así pues la excusa fue perfecta para reencontrarnos, conocer a su simpática familia y todos juntos disfrutar primero de una buenísima calsotada que Jaume había encargado, después aprovechar una visita guiada por Vic y los alrededores de su pueblo Roda de Ter , y el domingo poder trotar de nuevo juntos entre bromas (alguna mojadura...) y risas en recuerdo a Fidel.

El domingo, gente íntimamente conocida, como Jaume o Salva, y otra gente magnífica por conocer como Josep Maria, Mariona y muchos más que mi frágil y desastrosa memoria me deniega recordar sus nombres (perdonarme).

Primero una emocionada presentación, en la que yo también leí un texto que aquí anexo dedicado a Fidel. Texto que me costó enunciar, pues al alzar la vista distinguía cientos de rostros emocionados escuchando en respetuoso silencio, contagiándome ese latido de adhesión, al ver esos ojos afligidos, que casi me hacia balbucear (que temblor sentía en las piernas). Posteriormente entregué una caricatura que había dibujado en su recuerdo para la familia, en nombre de todos los presentes y los que hubieran querido venir pero no pudieron, y a continuación unas conmovedoras palabras de Mercé, su hija, que me hicieron desear aún mas durante todo el día y aún hoy, ser como Fidel, parecerme a él; Y como en su caso, el día que me extinga, anhelar que mi hija al hablar de mí se le ilumine tanto la mirada como pude apreciar en ella, mientras emocionada, satisfecha y radiante nos hablaba de su padre.

Después de este emocionado protocolo, y a la cuenta de uno, dos y tres, trescientas personas gritamos “¡¡¡Que se jodan!!!”, e iniciamos las tres vueltas al lago, su lago; unos corriendo, otros andando o en bici.

Desde allí, mientras corríamos nos acordamos de Fidel, y también de muchas otras personas que por diferentes circunstancias, incluida la participación en la edición 2011 de la maratón de Sables, no pudieron estar y les hubiera gustado.

En la última vuelta, Mariona (junto con su marido y muchos mas, una excelente anfitriona), nos brindo la oportunidad de alargar ascendiendo corriendo a un magnífico mirador en un monte cercano, el Puig Clarà de (315 m) donde Fidel solía subir. Este lugar ofrece una vista distinta del lago y todo su entorno. Desde allí nos describieron todo el perfil de este mosaico natural de campos y colinas desde Porqueres, hasta las montañas de la Alta Garrotxa y el Pirineo oriental. Que gozada de paisaje y de compañía.

He de nombrar especialmente a la familia de Fidel; su esposa, su hija Mercé, su marido, y sus nietos. Si he de escribir un único y sincero halago, entre muchos escogería que en ellos puedes fácilmente apreciar con solo mirarlos el espíritu, el aliento de Fidel...

A continuación y para terminar, una buenísima comida de los que previamente nos habíamos apuntado en el club de natación con toda su familia. Nos juntamos setenta. Como el día fue tan sobresaliente, mientras corríamos animados, excitados y felices, decidimos juntarnos cada año aproximadamente por estas fechas para repetirlo. Sería una buena excusa.

Nuevamente Gracias Fidel.

A FIDEL MARTI:

Conforme pasan los años, vamos aprendiendo y entendiendo, que una gran persona... no es aquella que tiene todo lo que desea; ni la que pasa horas halagando sus logros... “No es la que llega más alto”. Fidel era una gran persona. Una persona de esas que caminan de frente sin bajar su mirada; de las que saben reír sus penas y llorar sus alegrías. En él, la lucidez y la vitalidad eran un don y no un castigo, e irradiaba esa especie de brillo, de aliento vital, que hacia comprender el espíritu de este deporte de corazón, constancia y compañerismo que tanto quiso. A lo largo de nuestra vida conocemos a muchas personas, y muchos pasan sin dejarte huella, pero por el contrario, otros como Fidel llegan a asombrarnos, fascinarnos, y jamás los olvidaremos. Él al final rompió moldes , transformando a ese abuelo sedentario que la mayoría teníamos, en ese hiperactivo y alegre que todos querríamos tener; en ese que todos algún día aspiramos ser. Y, aunque todo el mundo puede convertirse en abuelo, muy pocos obtener el privilegio de convertirse en un gran abuelo. Y el, seguro que sin el pretenderlo, se convirtió en un modelo a seguir. Y como modelo, nos dio un ejemplo de vida. Nos enseñó que vivir es sufrir, si, pero también reírse, disfrutar y pasarlo bien hasta el último minuto. Aconsejaba a cualquiera que se lo pidiera, siempre haciendo gala de su delicioso buen humor. Ese buen humor que siempre proyectaba cuando al cruzar una línea de meta, pregonaba en voz alta lo que era su grito de guerra, ...de vida: - ¡Que se jodan!, Decía. Lo exclamaba satisfecho, como si por dentro fuera sabedor de haber aprovechado ese día, robándoselo a la desdicha y se burlara de ella. Fidel hizo bueno el dicho: “Si no viví más, fue por que no me dio tiempo.” Se ha ido, pero su recuerdo permanecerá siempre en muchos de nosotros. ”Fidel siempre estarás en nuestros corazones”...

...Es el corazón el que nos dice que nunca te olvidaremos.

Va por ti maestro:

¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUE SE JODAN!!!!!!!!!