viernes, 14 de octubre de 2011

A MI HIJA NAYRA

Estas líneas las escribí antes de partir, y las dejé programadas para publicarse el día de hoy. Así que hoy objetivamente no se que haré ni donde estaré. Ojalá continúe donde deseaba estar. Contento en medio de la selva del Amazonas, habiendo completado la etapa non stop de casi 90 Km.., y descansando satisfecho para la última etapa del sábado 15. No sé pues... 
Lo que si sé, es que me encuentre donde me encuentre, estaré pensando en una única cosa: Que hoy es 14 de Octubre, y justo hace un año mi vida cambio para siempre... 
Lo más subrayado de mi vida hasta el día de hoy, no sucedió escalando una montaña, ni escudriñando grandes gestas o aventuras deportivas, ni corriendo carreras inverosímiles, ni sucederá aquí en esta selva. 
Lo más significativo de mi vida hasta hoy, ocurrió cuando no había nada que yo pudiera hacer. Sucedió en un instante. 
Cuando nada de lo racional que había aprendido durante toda mi vida me amparaba en tales circunstancias. 
Un día en el que me di cuenta que al esforzarte demasiado en pensar, en ser racional, si te descuidas te olvidas de sentir, de querer. 
Hoy, desde este paraíso provisional en el que habito estos días, recordaré aquel momento mágico, y en mi mente volveré a estar en aquel manifestado cielo de insospechada satisfacción, mecido por los brazos de ese pequeño corazón... 
Hoy hace un año nació mi hija Nayra. 
Nunca podré olvidar aquella delicada y palpitante forma ceñida en una toalla blanca, que tras ser despojada de su armadura, de su mamá, confiaron en mis acongojados brazos aquella tarde. 
Ella y yo como dos náufragos, en una habitación vecina al quirófano donde nació. No podía creerlo. Era como la magia del deseo y la locura juntos. 
Me buscaba y la sentía gimotear mientras pretendía aquietarla hablándole de su mama a la que tras la reanimación pronto conocería, sin darme ni cuenta que era ella la que me serenaba a mi. 
Era la cosa más hermosa que había visto en mi vida. En mi pecho, en aquella sala, no había más que palpitación y ternura. 
Aquel día, aquel instante, sentí una cosa por dentro que nunca había sentido; percibí que mi vida cambiaba para siempre...Mi vida cambió contigo. 
Desde entonces, me hice dependiente de mirarte. Mirarte, simplemente me llena de gozo, de sosiego, de satisfacción, e incluso de orgullo. Lo mejor de todo, es que desde aquel instante, empecé a experimentar delicados envites de optimismo que trasformaban los elementos cotidianos aparentemente triviales, en celebraciones y risas. 
Comencé a disfrutar como nunca del vivir cotidiano. 
Desde aquel día, los días se han hecho cortos y entretenidos, pero siempre placenteros y optimistas. Ser padre ha sido el umbral más grande de dicha que he atravesado jamás, y eso que el camino aún está comenzando. 
Después de un año de tu nacimiento, ya no sabríamos que hacer sin ti. 
Contigo cada día es diferente, y aunque ya has conseguido muchos logros, lo más importante es que has aprendido a conocernos, a sonreírnos, a camelarnos, a hacernos reír y a hacernos llorar de felicidad (sobre todo a tu mama...). ¡¡¡Felicidades Nayra!!! Un beso muy grande de tu papa que te quiere. 
Algún día, dentro de unos años mas, leerás estas líneas almibaradas de embriagado cariño, y quizás te sonrías. 
Tan solo quiero decirte: “Enorgullécete siempre de tus logros, pero no permitas que la arrogancia te haga olvidar que nada vale más que una simple sonrisa”. La tuya. 
Hoy es el primer día del resto de mi vida. ¡¡A volar!!

8 comentarios:

  1. FELICIDADES NAYRA!!!!!!!!!!........UN AÑITOOOOOOOOOOOO, BESOS ENORMES

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  2. FELICIDADES NAYRA!!!!
    BESOS Y ABRAZOS.

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  3. Felicidades !

    Tras tres dias sin noticias selvaticas sale por fin que todo sigue su curso y que estais en la non stop. Bravo.

    Felicidades de nuevo, a toda la familia.

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  4. ¡¡¡UN AÑAZO. MUCHAS FELICIDADES BICHÍN¡¡¡

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  5. ¡¡¡MUCHAS FELICIDADES NAYRETA!!!
    Felicidades y mucha fuerza a Mamá y Papá (ya lo emplearán cuando haga falta)...
    Abrazos

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  6. ¡FELICIDADES, Nayra!. En unos años (no muchos) le vas a tener que instruir a tus padres de lo que vale un peine...

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  7. Estoy con Jaume, intenta disfrutarla, es de lo que se trata; en mi año también hubo alguna cosa mala, yo me perdí y me obligaron a dormir en un campamento, y poco después "ni me acordaba" de eso, me quedé con la experiencia y los buenos recuerdos.
    s

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