Saludos desde Brasil

Bueno, por fin ha llegado el día del embarque. Tras un accidentado pero a La vez afortunado viaje, en el que aunque perdimos un vuelo, pudimos enlazar uno tras otro (cuatro en total) para llegar a Alter do Chao de tirón. Hemos pasado dos días que nos han venido muy bien para adaptarnos al horario y un poco al clima. Aunque en un principio, venía solo, ha sido una suerte coincidir con Julen. Viajes tan sinuosos se llevan mejor en buena compañía. Julen, con el que ya coincidimos en Sables, esta siendo un gran compañero de viaje; estos días que llevo con el, me ha parecido una persona como diría un abuelo, "de fiar". Estoy seguro sin miedo a equivocarme, que va a ser una grata compañía estos días en la carrera. (Desde aquí un fuerte abrazo a su mujer y su hijo Unay, que se que han descubierto este blog). Unay, tu papa solo hace que hablarme de ti. Después, dos días que hemos aprovechado para descansar del largo viaje, para acercarnos a Samtarem y navegar por el río Amazonas, que si no supieras que es un río, pensarías que te encuentras en el mar. Impresionante. Aquí todo tiene vida, se respira la vida. Todo verde, todo en movimiento. Y cuando me refiero a todo en movimiento, es que por cualquier parte escuchas ruidos de lagartos, lagartijas, aves o iguanas: hasta las la hojarasca parece tener vida. Estamos en el pulmón del planeta, y he de reconocer que se nota. Esta tarde a las 6, embarcaremos en el ferry de La Carrera. Tenemos ya ganas de comenzar, de meternos en el ambiente de La Carrera y la selva. Simplemente mandar un afectuoso recuerdo para todos desde aquí. Me acuerdo mucho de todos, y a lo largo de los días se que ese sentimiento se acrecentara y hará que mi cabeza tire de mis piernas cada día.