Pueyo popular.

Soy de poco dormir y de buen despertar, y cuando me apetece no me da miedo ni reparo pisar las calles o el monte de amanecida o incluso antes, para correr en solitario. 

Después, me queda esa maravillosa sensación de cuando se hace algo impulsivamente, sin pasarlo por el filtro de la razón o la necesidad, y se convierte en un acto trascendental en sí mismo.
Aun así, hay momentos en los que compartir, correr en grupo, cobra un significado superior. Este pasado lunes, subí al Pueyo (una año más) en grupo con otros 49 corredores del club de atletismo de Barbastro, y disfrute muchísimo de su compañía. Cada año son más y más los que se animan a correr.
En fin..., será porque correr es algo más que poner los pies en el suelo.
Aunque correr es simple, pero no fácil...
Que correr es sano todos lo sabemos, pero para mi significa algo más:
Correr es vida, y una de las mejores soluciones para aclarar la mente.
Es una adición incurable.
Un privilegio.
Correr es de valientes; es motivación y sueño..
Es arriesgarse.
Es divertido; es alegría; "es compartir".
Es gratificante, y un tiempo para conocerte y pensar en ti.
Es conocer gente.
Es sentirme vivo, sentirte especial.
Correr es superarme.
Es sentirme flotar.
Es terapia para los días aciagos, y una certidumbre para los días optimistas.
A veces un reto.
A veces un don.
Es salud física y mental.
Es una gran aventura.
Es sentirme siempre joven.
Es progresar, y ratificar que siempre puedo dar un poco más de lo que pensaba, y eso me hace más tenaz.
Es buscar un gratificante límite.
Es aprender a motivarme para seguir luchando; fortalecerme.
Es constancia y disciplina.
Una forma de expresión.
Pero sobre todo, es una buena idea. Es mi vida.