Hace
un par de semanas, Josef Ajram se
retiraba en su segundo intento de completar el reto “7Islands” (siete Iron Man
seguidos en las siete islas canarias), y eso desencadenaba un terrible
ensañamiento en las redes sociales, una oleada de rechazos, burlas y
decepciones sin precedentes. También cómo no, hay alguna comprensiva adhesión.
Conocí
a Josef en el maratón
de Sables 2008, y he de decir que de tú a tú, me pareció un
buen tío. El día de la etapa larga, en la que compartimos salida entre los
cincuenta primeros, mientras aguardábamos a las doce del medio día para salir,
y sin yo pedírselo, me regaló un sobre de pollo al curry liofilizado para que
me lo comiera antes; y el día del cumpleaños de mi madre, que casualmente coincidia con el
suyo, y que se sucedió en carrera, se enteró y me
dejó afectuosamente su móvil para que la llamara para felicitarla...
Desde
entonces, he de reconocer que no he seguido a Josef con asiduidad, porque
quizás no armonizo con la letra gorda de su erudición, ni su forma (que
respeto), pero aún sin seguirlo, siempre he sabido de él por su abundante
presencia en las redes sociales y medios de comunicación promocionado sus
“prácticas deportivas”, y “publicitando” el sabido lema de, “¿Where is the limit?”,
cosa que he de reconocer me hacia cierta gracia.
A
groso modo, no lo voy ni a atacarle ni a defenderle. Simplemente
me parece (y es mi opinión), que ha sido una ingenua víctima de sí mismo, y de
la utopía (o monstruo) que él mismo había creado (y se veía venir...).
Ha sido descalabrado por su autoestima y su ego de super hombre, para
luego comprobar que es más humano de lo que él mismo creía. En lo físico, y en
lo filosófico. La forma más fácil de engañarse a si mismo, es creerte más o mejor
que los demás.
Por
lo que he podido leer con este reiterado fracaso, ha desencantado o decepcionado a un gran número de
seguidores, a los que había generado pienso que “ingenuas” expectativas... ¿de? ¿por? ¿Les
ha vendido una moto?. Para que alguien te venda una moto, eres tú quien tiene
que comprarla...
Quizás
Josef si ha equivocado sus enormes ganas de comunicarse, de divulgarse, con el
exceso de protagonismo y los artificios. Y a algunos, los disfraces no solo no los ocultan,
sino que por el contrario los desnudan.
Experimentar un ansia persistente de destacar,
ganar, ser el "el mejor", no es sano, y los que practican
deporte amateur, con este pesado auto condicionante, no creo que sean felices.
¿Como ser feliz sintiéndote continuamente forzado y condicionado por los éxitos
o fracasos que tu mismo te generas?. Es vivir en crónica competencia contra ti
mismo y el mundo que te rodea, y eso bueno no puede ser . Al final todo esto
condiciona tu personalidad, tu vida y por ende, tu felicidad.
No me centro mas en Josef, y a colación de lo que
le ha pasado, tan solo pongo un enlace a un post que ya escribí y que creo que
le viene al pelo:
Me centro ahora no en quien lo critica o enjuicia
de una manera civilizada, que para eso Josef se muetra de una manera publica y se expone a ello, si no en quien se ensaña.
Siempre hemos creído que la competitividad es el
detonante que hace que una persona se supere. Venga o no venga al caso (el
que me ocupa), conocer a otros mejores que tú en cualquier cosa, debería
despertar tu deseo de progresar y no tu rencor.
¿Porque en el mundo deportivo
hay personas más preocupadas en desear fatalidades o criticar a otros, que en
hacerse bien a sí mismos?.
La competitividad “mal entendida” provoca
envidias, malos modos, críticas rastreras, e incluso intrigas. Si destacas en
algo, aunque sea en auto promocionarte serás cruelmente reprochado y juzgado.
Pienso que la superación, debe realizarse en
relación con nosotros mismos, nuestras propias capacidades y nuestras
destrezas, sin compararnos con nadie, pues cada uno poseemos nuestras propias
cualidades y circunstancias, y no son para nada comparables con las de ningún
otro.
La superación personal puede ensalzarse, si, pero
combinándola con una gran proporción de generosidad y sobre todo de humildad.
Naturalidad y franqueza. La única y verdadera manera de evolucionar en el
deporte amateur, es cuando lo practicamos por verdadero placer.
Por desgracia, la envidia es una manifestación
psicológica demasiado común en todos los medios, pero también en la práctica
deportiva.
¿Quizás se trata de un sentimiento de frustración
ante algún beneficio, superioridad o éxito de otro? ¿Por qué?... ¿Te repercute
en algo, o simplemente eres un resentido o un frustrado?.
Quiero imaginar que quien actúa ensañándose con
otro sin oficio ni beneficio, el que siente
un rencor inconsciente e irracional contra otras personas que igual ni conoce,
es porque esta posee algo que él también ambiciona...
En resumen: cada día es mas la gente que se aficiona a
todo tipo de deporte y retos, y por tanto en el deporte hay un altísimo
porcentaje de gente afable, llana, humilde, cómplice y colega
(todos conocemos), pero también, por desgracia, como en todos los terrenos,
existen personajes insatisfechos, recelosos e intrigantes (también todos conocemos
alguno) que o bien se frustran y fustigan, o bien se alegran de los fracasos
ajenos. ¿Por qué?¿Para qué? Para y por nada.
Deporte, ego, envidia, saña, rencor, y una
competitividad mal entendida, no deberían marchar de la mano, y mucho menos en
el deporte amateur.
Más razón que un santo. Totalmente de acuerdo contigo
ResponderEliminardescrito perfectamente. Yo os conocí a ambos en Sables 2.009 y también me pareció muy buen tío, pero esa auto exigencia es dificil de llevar. Saludos desde Lorca
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo Javi, hay dinámicas que, antes o después, acaban por devorarte.
ResponderEliminarPues si Javi, asi es, ademas esos personajes intrigantes que comentas, siempre nacen de la frustración personal, por eso son tan criticos.
ResponderEliminarHumildad, sino estas perdido.
"La grandeza es una experiencia transitoria. Nunca es consistente. Dependen en parte de la imaginación humana creadora de mitos. La persona que experimenta la grandeza de percibir el mito que la circunda. Debe reflexionar que es proyectado sobre él. Y debe mostrarse fuertemente inclinado a la ironía. Esto le impedirá creer en su propia pretensión. La ironía le permitirá actuar independientemente de ella misma. Sin esta cualidad, incluso una grandeza ocasional puede destruir a un hombre".
ResponderEliminartomado de la obra literaria DUNE de Frank Herbert.
Quizá ahora que ya conoce cual es su límite en el "mundo exterior" pueda dedicarse a cultivar su "jardín interior".
Lo que mas miedo me da pensar es que con tanto reto se le haya podido olvidar de DISFRUTAR con lo que hace...
Fdo.:Fauno
Comparto plenamente tu opinión. Sin embargo a pesar de no poder culminar ni un 10% de lo que se proponía el negocio sigue siendo redondo para él bajo el paraguas de Red-bull que no se ha cerrado precisamente con ese "fracaso".
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