Sé
que es casi demagogia hablar/escribir sobre nuestra “dura” infancia en un país,
digamos desarrollado, sin meditar sobre la infancia que viven los niños de países
subdesarrollados, pero, esto es un simple ejercicio de reírte de uno mismo, de nostalgia,
y de considerar la evolución que hemos
sufrido en muy pocas generaciones:
No me
extraña que nos guste la aventura.
¿Cómo
pudimos progresar algo, los que vivimos la infancia durante los años 70 y
principios de los 80 ... ?. Nos
forjaron aventureros.
Los
coches no tenían cinturones de seguridad, ni airbag.
Íbamos
totalmente desatados en el asiento trasero, y sin cierres de seguridad de niños
en las puertas; incluso si tenias suerte te dejaban poner delante, y te sentías
“mas mayor”... El regazo de tus padres o abuelos era más que suficiente para
protegerte.
Tus
juguetes muchas veces los construías tu mismo o con la ayuda de tus padres o
abuelos, y normalmente eran para
ocasionar “dolor” a algún “amigo o herman@, u homicidio voluntario de algún
infeliz animalito que se cruzara en tu camino: Desde los modestos canutos para
lanzar litones, a los mas sofisticados tirachinas (con chinas o piedras
achatadas, claro), o las mejoradas pistolas o fusiles con pinzas y gomas, que
lanzaban el metal medular enroscado de las propias pinzas de madera a toda
castaña. Vamos, que al menos en los pueblos, íbamos como en el salvaje oeste,
armados.
Si
tenias juguetes “de compra”, estos eran con piezas que arañaban y cortaban, y
si se desencajaban, estaban armados con pequeñas piezas perfectamente tragables
y digeribles.
Los
parques infantiles, donde los había, no tenían nada que envidiar a las pistas
americanas que te aguardaban años después en la mili:
Toboganes
empinados y angulosos color hierro muerto, perfectamente pulidos a base de
friega de pantalón, con erguidas y recias escaleras metálicas.
Los
columpios, también eran de riguroso metal, atado con fuertes cadenas (diseñados
para causar el mayor daño posible), y sin respaldos ni barras protectoras; como
serian, que en todas las películas de la época en las que ocurría una explosión
nuclear que había destruido una ciudad entera, siempre salía un plano con un
parque infantil, y los férreos columpios del parque indemnes. Si hubieran construido la ciudad con ese
material, se habrían salvado...
Y un
punto y aparte merece esos dinámicos carruseles en forma de tío vivo,
inverosímiles y de pérfida y retorcida ingeniería, que impulsados a mano/pie, o bien
mecánicamente por medio de tracción alante atrás de una especie de manillares
metálicos, daban vueltas a toda leche,
causándote como mínimo un notable mareo, y si intentabas acceder o bajar en
marcha (que era lo divertido), el resultado era, un notable ostión (En estos
parques aprendimos el significado de esta palabra...).
En
fin, cualquier parque infantil, daba faena diaria a varios médicos de cabecera
y sus enfermeras, aliviando golpes, dando puntos de sutura, o escayolando
extremidades.
Andábamos
en bicicleta, sin casco, ni guantes, ni rodilleras ni coderas...e incluso
muchas veces sin frenos. Eso si, quitando el guardabarros trasero, podíamos
introducir hábilmente el pie, encajarlo entre la horquilla trasera y la rueda,
y frenar con la suela de tu zapatilla. Molaba frenar con el pie y derrapar. No
molaba, si introducías el pie entre los radios...
Bebíamos
agua directamente del caño de fuente, de manguera de la huerta, de una canaleta
cualquiera, e incluso sí hacia falta de los charcos; Era agua de lluvia y si no
lo pisabas y bebías sorbiendo de la superficie, era buena. Nada de aguas
minerales en botellas ¨esterilizadas¨.
Juzgábamos
siempre en la calle o en alguna parcela o solar del barrio, y la única
condición era volver a casa antes de anochecer.
El
juego más manso era el fútbol, y de allí resultaba el “duro pelotazo”: Se trataba
meramente de chutar lo mas fuerte posible (mejor de punterazo), y darle un
balonazo a tu diana/victima, y a su vez si tu eras esa victima, de tratar de
esquivar el cañonazo.
También teníamos los populares “churro”, que consistía en saltar varios sobre las espaldas flexionadas y ordenadas en fila de otros varios, e intentar desmoronarlos, o bien, que no adivinaran tu signo, churro (un dedo), media manga o manga entera... Los gorditos, si tenían la agilidad suficiente como para saltar al menos sobre el último de la columna, eran las estrellas en este juego.
También teníamos los populares “churro”, que consistía en saltar varios sobre las espaldas flexionadas y ordenadas en fila de otros varios, e intentar desmoronarlos, o bien, que no adivinaran tu signo, churro (un dedo), media manga o manga entera... Los gorditos, si tenían la agilidad suficiente como para saltar al menos sobre el último de la columna, eran las estrellas en este juego.
Otro
muy popular, era “la taba”, que consistía en tirar un hueso originario de la
pierna del cordero (el hueso astrálago). Lo lanzabas, y quedabas subordinado a
la posición en la que caía. Dependiendo de ello eras ejecutor o víctima. En
resumen, administrar zurriagazos y correazos a diestro y siniestro.
Un
juego, no era un bueno, si no finalizaba al menos con alguien llorando, o en el
peor de los casos, accidentado.
No
había teléfonos móviles. Y, ¡nuestros padres no sabían dónde estábamos!.
Brazos
escayolados, dientes rotos, cejas abiertas, polos y pantalones desgarrados,
cabeza rapadas total o parcialmente...todo eran ¡Gajes del oficio!.
Eso si, de
los accidentes, nadie tenia la culpa. Eran cosas de niños.
Si
los teníamos, comíamos dulces a voluntad, o merendábamos pan con vino y azúcar.
Los campamentos
de verano a los que nos mandaban, que despues siempre hemos añorado, merecen un capítulo aparte.
¿Adicciones?.
No existia la Playstations, Nintendo 64, los Vídeo juegos, Internet, Video
cassets, DVDs, Dolby surround, Móvil, Ordenador, Chats... Sólo los
amigos, y salir a explorar. ¿Cómo no nos iba a gustar la aventura?
Y... El día en que empezamos a preocuparnos por
nuestro futuro es el día que dejamos atrás nuestra infancia.
Eramos unos supervivientes. me identifico totalmente.
ResponderEliminarjajaja
jajaja. Gracias Andrés.
EliminarJoder que bueno Javi.
ResponderEliminarMira que tampoco me veo muy mayor (necí en el 82, un Naranjito) peor me he identificado con todo esto.
Lectura de lo más placentera.
Un abrazo
Gracias Juaqui. La verdad es que fueron tiempos... distintos
EliminarY que me dices de las chapas??? y de las guerretas a pedradas interbarrios? jajaja
ResponderEliminarLas chapas, la sueleta, las canicas...
EliminarNosotros la guerreta interbarrios la haciamos a chinazos.
gracias Ana
Y que me dices de las chapas? Y de las "guerretas" a pedradas interbarrios??Jajajaja
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