Piensa, cree, sueña y atrévete
Los Inuit son un pueblo indígena que aún habita alrededor del Ártico, desde Alaska hasta Groenlandia y el norte de Canadá.
Una de las leyendas más arraigadas entre ellos, es la creencia de que las auroras boreales o luces del norte que espero disfrutar, son los espíritus de familiares y amigos que han muerto y danzan en la otra vida. "Los límites de la tierra y el mar están bordeados por un inmenso abismo, y sobre él surge un estrecho y peligroso sendero que conduce a las regiones celestiales". El cielo es una gran bóveda de material duro, arqueado sobre la tierra. Hay un agujero en él a través del que los espíritus pasan a los verdaderos cielos.
Estos espíritus que viven allí encienden antorchas y esta es la luz de la aurora boreal.
Dicen que si te fijas bien, se pueden ver allí festejando y jugando a la pelota con un cráneo de morsa. El sonido silbante y chasqueante que algunas veces acompaña a la aurora, son las voces de esos espíritus intentando comunicarse con las gentes de la tierra. Se les debe contestar siempre con voz susurrante y suave. A los espíritus celestiales se les llama ‘selaimut’, ‘sky-wellers’ o “moradores del cielo".
Otra, es la leyenda de Sedna. Sedna es la diosa del mar y de los animales marinos. Explican que poseía una extraordinaria belleza y vivía con su padre viudo en una lejana isla. Un día apareció un barco tripulado por un apuesto capitán. Ella se enamoró y se marchó con él. Pero poco tiempo después, Sedna se dio cuenta de que el capitán no era más que un hechicero.
Los lamentos que ella emitió al darse cuenta de la verdadera identidad del capitán llegaron hasta la isla donde habitaba su padre que rápidamente embarcó en un kayak. Logró rescatar a su hija de las manos del hechicero, pero este al darse cuenta del rapto, y, gracias a sus poderes mágicos, desató una terrible tormenta sobre el mar. El padre, creyendo que la tormenta era voluntad de los dioses marinos, lanzó a su hija al mar, pero ella se agarró al kayak, así que su padre optó por cortarle los dedos que se convirtieron en peces. Como aun así no se soltaba de la barca le cortó las manos, que se convirtieron en morsas, ballenas y otros animales marinos. La tempestad se calmó y Sedna yace como diosa del mar en las profundidades. Aún hoy en día, cuando se desata una tempestad en el mar o en tierra, se cree que Sedna está enfadada porque tiene el pelo enredado y no puede peinarse.
Bonitas leyendas para sumergirse ya en el ambiente de esta aventura. ¿Escucharemos durante los días de la carrera las voces de los selaimut o soportaremos los enredos de pelo de Sedna?...
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