
Sin
embargo, maratones oficiales tan solo he corrido tres de cinco en las que me he inscrito: Mi
debut, Barcelona 2008 (2h 52m); San Sebastián 2009 (retirado en el Km. 21
lesionado en el soleo); Nueva York 2013, (suspendida por el huracán Sandy); San
Sebastián 2013 (2h 48m), y ahora esta de Barcelona 2015 (3h 1m).
¿Por
qué tan pocos para alguien que lleva casi toda la vida corriendo?.
Fácil:
Me gusta correr, pero no competir, ni repetir; y nunca corro (para mi mismo)
nada peliagudo (un maratón lo es) que no me motive lo suficiente para
prepararlo convenientemente, y poder disfrutar a tope tanto de su gestación,
como finalmente de su conquista.
Pero...
en este caso, reconozco que “no” me dejé llevar por las ganas, ni por la
motivación, si no por la intrepidez, más bien “bizarría” de querer recuperarme
cuanto antes de la operación del menisco, y me pareció una buena idea tener en
perspectiva un maratón a “tres meses” vista. ¡Ole tus huevos! ¡Pringao!
Si
lo hubiera razonado convenientemente, creo que no lo habría realizado. Empezaba
a trotar por vez primera tras la operación y ya durante la rehabilitación,
justo la semana del 20 de diciembre (4 Km. suaves), y llevaba sin correr desde
la última semana de septiembre, que es cuando se rompió mi menisco.
Así
que correr este pasado domingo una maratón “a ritmo”, cuando aún no se cumplían
ni tres meses y medio del quirófano, a priori era una chifladura. Pero me pudo más
la irracionalidad que la lógica a la hora de inscribirme.
Y
si, como me propuse corrí el maratón. Y si me lo hubieran dicho en diciembre no
lo hubiera creído.
No
obstante, no ha dejado de ser una obcecación de esas que tenemos los Aragoneses
cuando ponemos brazos en jarras, se nos abultan las venas del cuello, y nos
apasionamos con una armoniosa jota...
Pero...los
que no sabemos cantar jotas, pues en esa postura nos invade eso de.. -“¿A que
no hay cojones de...?”.
Pues
si hubo, aunque los llevé apurados un buen rato en el gollete del pescuezo.
Incluso
cuando me preguntaban: - “¿qué tiempo
harás?”, Sin reserva alguna respondía:- “Entre 2h 55m y 3h 5m”... como si no
hubiera pasado por ningún contratiempo... ¡Chalaooo!... Pero este, como otros
que practico, es deporte de locos ¿no?
Al
final: 3h 1m... ¡¡baturro hasta el final!!. Sabiendo, que si me la hubiera
tomado sosegadamente, habría disfrutado de cada kilómetro.
La
magia del maratón es que por mucho que la hayas entrenado, por mucho que la
hayas visualizado, por mucho que tengas buenas o malas sensaciones, a la hora
de la verdad, sale como sale y te puede pasar cualquier cosa. Así que...¿por
qué no arriesgar pensé?... No era mi primera maratón y me conozco
suficientemente bien... Sencillamente, decidí apostar y apurar.
La
magia del maratón es que nos enfrentamos con nosotros mismos para demostrarnos
cosas; la primera, sabernos capaces de ir más lejos de nuestros emocionantes e
inherentes límites; pero después, cualquier sugestión sirve por simple que te
parezca a ti o a los demás. Esta era la mía.
Y
conociendo los distintos estados emocionales por los que pasa un corredor durante una Maratón, me salté casi
todos a la torera, en un empeño de estrellarme contra el muro, y saber si
realmente existe, jajaja.
Como
los incrédulos que por primera vez hacen espiritismo con su tabla Güija y un
vasito duralex de cristal, interpelando enérgicamente: -“¡Si estás aquí,
manifiéstate!” , enfilé yo al demonio ese del mazo.
Adquirí
todos los números y me rodeé de todos los elementos para invocarlo.
Antes
de carrera, rodajes más cortos de lo que suelo para preparar una maratón,
quizás debido a esa falta de motivación, y correrla un poco por compromiso.
Después
ese día, la osadía absoluta:
Ritmo
rápido, que por lo sucedido y sentido en la media de Barcelona semanas antes,
sabía que aguantaría hasta el kilómetro 30, pero desde allí en adelante tenía
todas mis dudas; zapatillas inadecuadas: las que uso habitualmente en carrera
(Newton) me habían dejado un soleo muy
afectado durante esa media, y aún no lo había recuperado. Ahora mis zapatillas
habituales son las Hokas (¡Error!, Me parecieron poco adecuadas para una
carrera así), y opté por tirar de trastero, y correr con unas viejas y
desgastadas zapatillas Brooks, que sumado a un inexistente calentamiento,
reunieron desde el principio todas las condiciones para que en el kilómetro
cuatro y en el siete, me diera en ese soleo sendos dolorosísimos latigazos,
pronosticando mi pronta retirada de carrera.
Pero...
fui salvando kilómetros y el dolor se fue adormeciendo.
Pasé
la media en 1h 26m, dispuesto a aguantar ritmo hasta el 30. Así lo hice, pero
no sin pasárseme por la cabeza abandonar en multitud de ocasiones adjudicándome
un buen entreno. Porque mi mente no estaba por lo que celebraba. Pero... pasé
el treinta, y ya que estaba allí... continué.
En
el treinta y cuatro percibí claramente que la gasolina se terminaba, y aparte de
acordarme de Martín (un amigo) que dijo que nos animaría en el 35 tomando unas
cervezas con el hombre del mazo, distinguí que lo estaba invocando
irremediablemente (si no lo había hecho ya), y además bramando: -“¡Si estás
aquí manifiéstate!”. Andaba derechito a estrellarme como Fernando Alonso contra
el célebre muro.
En
el 35 notando ya gran debilidad, por vez primera en mi vida paré en un
avituallamiento (en una carrera de asfalto...), bebí y me comí medio plátano.
Continué
trotando como buenamente pude (por si me veía Martín, que uno tiene su dignidad
;)...), y en el 37 exhausto obligado a caminar de nuevo, y después en el 39,
que es donde me rebasó el globo de las 3h y su séquito. Pero el globo en ese
momento lo llevaba yo apuntalao en el pecho... jajaja...
He
de decir, que jamás me habían animado con tanta persistencia como estos
instantes en los que me paraba y caminaba. La gente que literalmente abarrotaba
el recorrido, se desgañitaba cuando te veía bajar los brazos..¡¡Chapó!!.
La
terminaría aunque fuera andando, pero semejante animación, me hizo apretar los
dientes, abrazar un poco la épica, escupir el tormento, y trotar hasta meta lo
mas dignamente que pude e incluso como siempre, aplaudir al publico que allí se
congregaba...
Soy consciente que no cumplí ningún protocolo
del maratón. Ni pasé la fase de euforia previa, ni charlas, ni transiciones. La
fase profunda de carrera para nada, y la de dudas comenzó en el kilómetro
cuatro y no en los veintitantos como sería lo normal.
Eso sí, por vez primera, la fase de “sufrimiento”, la cumplí a rajatabla,
y el éxtasis final aunque no fue tal, tras diez kilómetros de pesadumbre, por
el esfuerzo que me costó, me emocionó atravesar esa línea de llegada.
Escéptico hasta entonces, conocí al insolente
tipo del mazo, que me esperó para ofrecerse educadamente, darme la mano, y
acompañarme hasta el final. Una pájara en toda regla.
Me
di cuenta, que este hombre del mazo no está agazapado en ningún lado. Es un
ente que ya vive en tu cerebro cuando no estás bien preparado física y
mentalmente, y que pasada mitad de
carrera, algunas veces antes, te recuerda lo que té queda y te sopla al oído
que no tienes fuerzas para afrontarlo, ni estás preparado para ello.
Te
reitera una y otra vez el muy cabrón: - “quién te mandaba a ti estar aquí”, y
te taladra con observaciones como: - “¿por qué no te paras?, ¿Ves como no
tenías que haber corrido tanto?, té queda un mundo, o ¡parate ya... que no
tienes que demostrar nada a nadie,
Guerra
psicológica en campo abierto de pesadumbre, amplio de extenuación y dilatado de
desconfianza.
Pero
es entonces cuando “no” hay que acepta esta capitulación como una derrota, si
no como un medio para transformarla en victoria. Una victoria contra ti mismo y
ese señor que te acompaña.
Sé que es jactancioso correr una maratón en tres horas un
minuto (buena marca), y sentir que lo has hecho mal. Pero no es por eso. Es
por sensación y la franqueza. Es lo que me pasó.
Me siento victorioso, y me he dado el alta tras mi
operación... jajaja...
PD: Aparte de mis “memorias”, lo que más me entusiasmó fue
compartir día y carrera con amigos de casa como Paco, Alejandro, Nico, Yago o
David, y el codiciado debut en general de varios de ellos como Nestor, Mariano
o Noemí; pero en particular el de Lucia; buena amiga, a la cual había apreciado
mas de cerca sus ansias, ilusiones, dudas, miedos, e incluso al final, una
lucha por sobreponerse a una repentina lesión. Observarla tras llegar abrazada
a su familia con ese contagioso aturdimiento y delirio de sueño cumplido, y esas espontáneas y
sinceras lagrimas, me emocionó de verdad.
¡Qué grades todos!.Cuantos meses figurando con este sueño
que terminaban de cumplir.
Capítulo aparte “Sir” (Si fuera ingles ostentaría ese
título) “José Maria Cheliz” superando por treintaicinco vez a sus 75 años la
línea de meta de esta maratón, y recibiendo un merecido homenaje de la
organización de la misma....
Y Mon, tanto por honorable anfitriona, como por excepcional
y sufrida animadora. ¡Gracias a tod@s y enhorabuena!
Bonita crónia, menos mal que te tomas las cosas con ese optimismo y sentido del humor que te caracterizan....
ResponderEliminarYa nos dijiste antes de salir que no tenías ganas de correr....aun así, ole tus....eso!
Muy buena marca Javi, quién la pillara!
Gracias por la parte que me toca, gracias por tus consejos y tu apoyo.
Para mí fue un gran día, y por ello lo recordaré y os recordaré con lacrimógena emoción!!!!
Gracias locossssss!!!!
Gracias Lucia. El sentido del humor consiste en saber reírse de tus propias adversidades ¿no?
EliminarLo de las marcas es una tontería. Todos tenemos un motor “diferente”, que nos viene dado de fábrica, de serie; ese motor lo ponemos lo mas apunto que podemos, y ese “apunto” para nadie es igual. Uno puede haber hecho peor marca que otro, y sin embargo haberse exprimido al 100%.
Enhorabuena maratoniana!!!
Jodo petaca! Pues menos mal que te pego el tipo ese, si no subes al pódium.
ResponderEliminarMe encanta como describes cuando escribes. Yo he conocido a ese del mazo en varias ocasiones, y nunca nadie lo había descrito tan bien. Enhorabuena Javier eres un krak
Gracias Luis. Es que tuve un buen rato de charla con él, y me fijo mucho. Jajajjj
EliminarMuchísimas gracias a ti!!
ENHORABUENA CAMPEÓN. MENUDA MAQUINA ESTÁS HECHO. EN TAN POCO TIEMPO Y YA COMO SI NADA.
ResponderEliminargracias Angel. He de reconocer que si. La rodilla perfecta. lo demás.... ;)
EliminarParece que esto va de sentido de humor... pues allá vamos... estas fatal Javi !!! Te enamoras de cualquiera.!!! Te explico he leído una historia de amor corta pero intensa de un tipo con un mazo, increíble tuuu!!! Otra con un Sr. mucho mayor que tu que lo llamas "Sir" y todo!!! Otra con una tipa larguiricha y emocionado que creo vende gafas Otra con Mon!!! Otra con amigos varios amigos!!! En fin... lo dicho... estas fatal!!! Solo me queda despedirte con una canción para ti y tu maraton:
ResponderEliminar" Hay que ser torerooo
poner el alma en el ruedo
no importa lo que se venga
pa que sepas que te quiero
como un buen torero...
me juego la vida por tí...(bis) "
Ole!!!
EliminarSiempre hay que reír Ana ;)
Y si no lo hacemos con las cosas que hacemos por gusto, como para hacerlo con las que nos disgustan... y si, mucho amorrrr.
Ja ja ja ja ja lo de torero me ha gustao, aunque salí un poco corneado... con dos trayectorias una ascendente, y otra por poco de rodillas.
Gran maraton Javi, gran pelea, gran lucha interior. Admirable. Y hay que quedarse con lo bueno... tres meses antes estabas cojo en un quirofano. Salud y kms.
ResponderEliminar